The Boys, una de las bandas pioneras del punk rock británico,
llegará a Uruguay por primera vez, 35 años después de la gran explosión
del 'no future'. "Es un poco como la última semana de las vacaciones
escolares: sabés que van a terminar pronto, así que lo hacés con más
ganas", dijo a Montevideo Portal Duncan Reid, bajista original del
grupo.
Surgidos a fines de los 70, con la primera oleada de bandas de
punk que rápidamente se extendieron como un virus por todo el Reino
Unido, los Boys compartieron escenario con la flor y nata de la movida,
aunque con algo menos de fortuna, quizá porque no estaban tan enojados
como los Sex Pistols, no eran políticos como The Clash ni tenían la
pinta siniestra de los Damned. Sí les sobraba frescura, sentido de la
melodía y talento para los arreglos vocales.
Para gran parte del público local, la banda es una novedad
absoluta. Algunos, tal vez, los conozcan a través de las versiones que
realizaron los teutones de Die Toten Hosen, confesos fans, de 'First
Time' y 'New guitar in town', y, más cerca aún, de la versión libre que
grabó La Polla Records de uno de sus grandes clásicos ('El avestruz',
con la música de 'First Time'). Vaya paradoja, que el conocimiento de
una banda desprejuiciada y desbordante de sentido del humor llegue a
través de la solemnidad y la poca onda de los españoles, pero ese es
otro cuento.
Entre 1977 y 1982, los Boys (y su alter ego navideño, The Yobs),
editaron un puñado de singles y LP's (entre ellos los fundamentales '
The Boys' y 'Alternative Chartbusters'), para pasar, luego, a una suerte
de hibernación que terminó en el 99. Después, ya no pararon. En 2011
recalarán por segunda vez en Sudamérica, y será la primera en que
visiten nuestro país. Será, además, la primera vez que una banda
'original UK Punk' toque en estas tierras.
Desde aquel 1976 hasta el hoy hubo más de 30 almanaques, ya
amarillos. El mundo no es el mismo, pero hay cosas que se mantienen.
Duncan Reid, bajista y miembro original de la banda, recuerda cuáles
fueron los motivos para armar The Boys y salir a tocar en el
convulsionado Londres del no future. Lo que para muchos de su generación
fue el odio, la desesperación o el simple aburrimiento, para ellos fue
mucho más simple. "Por supuesto que cuando hacés música es porque amás
hacerlo, pero todo músico honesto tiene que tener otras motivaciones.
Cierta vez vi a Bruce Springsteen decir que, cuando era un niño, pensaba
que siendo como Keith Richards sería feliz. Creo que eso resume todo:
para mí, ser como Paul McCartney era la felicidad. Con la música tuve
todo lo que quise, y eso incluye chicas y adulación", dice, y agrega
que, "a medida que envejezco, me gusta más y más tocar en vivo. Estoy
escribiendo canciones y grabando, todo ello por el simple placer de
hacerlo. Es un poco como la última semana de las vacaciones escolares: sabés que van a terminar pronto, así que lo hacés con más ganas".
Aquella explosión punk de fines de los 70 fue el inicio de
una nueva era para la música popular, pero se cobró varias víctimas.
Muchos de los grupos originales se disolvieron, o cambiaron de estilo y
orientación. Reid dice que, por ese entonces, "ya estaba convencido de
que The Boys sería una gran banda, pero no creo que a los 17 años
pensáramos en lo que estaríamos haciendo 35 años después. Somos
muy afortunados de poder seguir tocando, visitando otros países y
conociendo personas amigables. ¿Son amigables en Uruguay?", bromea.
Y, aunque�el punk no pudo conseguir un mundo mejor,� sí "es
ciertamente responsable de que desapareciera un montón de música
porquería, y de mostrarle a los chicos que ellos también podían hacerlo,
si querían. Antes del punk, la música estaba en poder de viejos cerdos
que cargaban sus equipos en enormes camiones y tocaban en estadios". Y,
además, el punk dejó un legado de grandes bandas: "Oasis, Primal
Scream, The Jim Jones Review, Jet... la lista es muy larga", opina.
Es bueno que, cada tanto, alguien como Reid recuerde de qué se
trataba esto, que hace un par de décadas estaba tan bueno, y lo llamaban
rock. The Boys se presenta el 12 de abril en el Complejo Troya, junto a los decanos del punk vernáculo, La Sangre de Verónika.
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