martes, 8 de mayo de 2018

40 aniversario y reseña del primer álbum de CRASS


¿Por qué la escena Punk inglesa entró en crisis? Desde siempre se dan las mismas respuestas: la cooptación de los medios, la imposición del Punk como una moda y la proliferación de bandas y “fans” le restaron su contenido contracultural.
El papel de los medios, entonces, fue fundamental en hacer sentir una decadencia en el movimiento. La mala fama hizo que se popularizaran precisamente aquellas cosas que más que ser la esencia del movimiento eran adyacentes a él.
En 1978 era claro que los mejores momentos habían pasado. Tiendas en Londres empezaban a vender camisetas con la cara de Sex Pistols y lo que había empezado como una reacción política ya parecía más una moda. Sin embargo, vale la pena preguntarse si de verdad no quedó nada de lo que hasta en ese momento se estaba llevando a cabo.
Uno de los problemas es que aquellos que abanderaron la movida seguían con la idea romántica de un movimiento que no debía, bajo ninguna razón, moverse o tener nuevos elementos. finalmente, la extrema paranoia de los integrantes de las bandas de que algo ya no fuera la esencia del Punk denota un conservatismo extremo en donde solamente se puede jugar bajo las reglas descritas al principio. Lo que hay de fondo es una desilusión de los participantes originales al ser ellos los que ponen las reglas.
No se puede negar que hubo desinformación por parte de la prensa y que cuando el movimiento apareció como algo atrayente para los jóvenes, muchos de los aspectos estéticos empezaron a ser objeto de apropiaciones sin sentido; sin embargo, cualquier movimiento que se precie de ser “contracultural” en el siglo XX debe entender que esa contracultura maneja códigos generales que son entendidos por muchos.
Lo mismo pasó con los hippies originales de San Francisco, quienes hicieron un entierro simbólico en 1967 al sentir que el movimiento había crecido.
Las acusaciones de una y otra corriente fueron muy parecidas: lo que había empezado como un movimiento con una filosofía política terminó convirtiéndose en una excusa para vestirse de cierta forma y disfrutar de algunos usos y consumos a nombre del mismo. Los movimientos contraculturales no solo se sienten únicos sino que no aceptan comportamientos que no tengan un “statement” detrás de ellos.

Crass apareció en 1978, un año después de la explosión de las bandas y terminó siendo el símbolo de lo que supuestamente debía (y al final no había sido) el movimiento Punk británico.
Crass pregonaba la anarquía como política y fue, de todas las bandas de la primera generación, la que llevó más lejos todo lo referente al activismo y la acción directa. Crass era una banda abiertamente política y lo transmitía en distintas maneras aparte de la música, no era una banda en el sentido estricto de la palabra. Era un colectivo de gente que superaba a la propia banda. Vivían en una granja en donde aplicaban la ética “Do it yourself”, hacían su propia ropa y sembraban sus propios alimentos. Su grafitti fue, de alguna manera, pionero en mucho del arte urbano que se hace contemporáneamente. Grababan sus álbumes por fuera de las disqueras y vendían sus creaciones a precio de costo, solo para poder hacer más discos. Vestían totalmente de negro y sus conciertos eran más reuniones activistas en donde el público y ellos se mezclaban. Trataban de llevar la ideología Punk a un máximo nivel ideal.
Sus críticas no solo tenían que ver con Inglaterra, la reina y la sociedad británica, más que ningún otro grupo, Crass hablaba de la sociedad del consumo, de la religión, de los medios, del feminismo y de todo tipo de temas sociales; con una música menos convencional que la de todas las bandas de la época.
Crass, a su vez, era crítica de lo que el movimiento Punk se había convertido. Aunque en un principio fueron inspirados por todos los grupos de la época y lo reconocían, con el tiempo, sintieron que el sentido del movimiento se había perdido y se había comercializado. Fueron muy críticos de The Clash, de Sex Pistols y en general, de todo el movimiento.
Eso quedó claro en el quinto “track” de su primer disco, The feeding of the 5.000, donde le declararon la muerte al movimiento en una de las canciones más paradigmáticas de su historia, llamada directa y convenientemente Punk is dead
En el minuto 1:48 Crass explica cómo sienten que los gestores del movimiento vendieron sus ideales, que el Punk es música comercial como cualquier otra, que los jóvenes de élite usan la estética del movimiento como una moda más y que “el sistema le robó el aguijon al escorpión”.
El mensaje de Crass llegó en el momento más indicado, cuajó perfecto con la decepción que parecían sentir todos los que vieron nacer el movimiento. Un par de años después, Crass siguió sacando discos y sería uno de los principales contradictores durante el periodo de Margaret Thatcher. Sin embargo, por distintos motivos (falta de pagos de impuestos y juicios por obscenidad) el conjunto sentiría un desgaste que lo llevaría a desintegrarse en 1984.
El debate sobre la muerte del Punk estuvo presente casi desde que el movimiento llegó a Londres (no tanto en Nueva York). Sin embargo, el certificado de defunción de Crass le agregó un nuevo elemento al debate: desde ese instante siempre se discute sobre la vida o muerte del movimiento. Casi que antes de hablar de Punk podría ser necesario preguntarse por su estado vital...
¿Está el punk muerto?


‘ANARCHY AND PEACE’ –anarquía y paz–, clama la portada del debut de Crass, agrupación inglesa prácticamente desconocida, pero de escucha obligatoria ante un aficionado del punk rock. Se trata de la primera banda en ser adjudicada ante el género del anarco-punk, de donde podemos rescatar guiños de Sex Pistols y de The Clash. The Feeding of the 5000, su primera entrega al mercado, es grabado en octubre de 1978 y lanzado en febrero del año siguiente. En un principio, se supone que la producción saldría bajo el sello Small Wonder, pero al querer censurar sus letras contestatarias, los ingleses deciden crear su propio sello, Crass Records, en donde dan a conocer a otras bandas del género, como Conflict y KULK .

The Feeding of the 5000 es posterior a lo que se conoce como la ‘Invasión 77’ –la oleada inglesa de las bandas punks en 1977­–. Las letras de la producción son exclusivamente políticas; el soundtrack de las mismas son guitarras chillonas y bases de batería en donde solo parecen sonar redoblantes, líneas de bajo ingeniosas y la actitud descarada del cantante, Steve Ignorant, quien no tiene intención de agradarle a nadie. 


Dios y el Estado

The Feeding of the 5000 no comienza con una pieza musical, sino con el discurso de una mujer que critica el legado de Jesucristo, ‘Asylum’: “Él cuelga en deleite voluble desde su cruz, sobre mi cuerpo. Cristo perdona. ¿Perdonar? Vomito por vos, Jesús. Perdona una mierda”. El manifiesto se encuentra acompañado por un efecto sintético, casi ensordecedor, que lentamente aumenta de volumen. La mujer continúa: “Visionario suicida, amante de la muerte, pervertido […] Vos cavaste las tumbas de Auschwitz, el suelo de Treblinka es tu culpa […] Los cadáveres de Hiroshima son tu deleite”. Y concluye: “¡Guerra, guerra, guerra! Jesús murió por sus propios pecados, no por los míos”. 

Si la mujer de ‘Asylum’ tiene reflexiones de aire intelectual, no por ello menos ácidas, el cantante Steve Ignorant se lanza directo a los cascotes; ‘So What?’, penúltima canción del disco, es un testimonio de indiferencia hacia la religión cristiana, en el que si algo no falta es puterío: Me dicen que vaya a la iglesia y que vea la luz/porque el buen Señor siempre tiene la razón/¿y qué?/¿y qué si Jesús murió en la cruz?/¿qué me importa el hijo de puta?/me importa una mierda/¿y qué si el maestro caminó sobre el agua?/no lo veo tratar de para la matanza.

Crass también critica a la política. Se definen como anarco-pacifistas y en cuestión de segundos alzan la bandera de NO A LA GUERRA en ‘Fight War, Not Wars’; pero la canción predilecta del oyente es ‘Do They Own Us a Living?’, donde Steve le hace frente al opresor: No querés verme más/me tiré al suelo/fui usado dulcemente/y no soy el juguete de nadie/ahora que soy distinto/querés ver mi cabeza reventada/querés verme escondiéndome/querés verme muerto/¿nos deben una vida?/¡por supuesto, por supuesto!


Punk is Dead

Sin embargo, la mayor controversia que generó la banda fue cortesía de la canción ‘Punk is Dead’, en donde se cuestiona al movimiento punk de haber sido manoseado tanto por los músicos como por los sellos discográficos: La CBS promueve a The Clash/pero no es por revolución, es solo por dinero/se volvió una moda como fueron los hippies/y no tiene nada que ver con vos o conmigo. También se critican a Steve Jones y a Patti Smith, tomándolos como papeles primordiales de la hipocresía del género: Steve Jones, sos napalm/si sos tan bonito, ¿por qué adulas?/Patti Smith, sos napalm/escribís con tu mano, pero es el brazo de Rimbaud. 

La banda se torna humorística en ‘Banned From the Roxy’ y confiesan haber sido desterrados del Roxy –antro icónico del punk inglés– luego de haber dado un show en plena borrachera: Expulsados del Roxy/okay/nunca me gustó tocar allí de todos modos/ellos dijeron que andaban tras chicos educados/¿creen que las guitarras y micrófonos son sólo juguetes de mierda?/a la mierda con ellos/elegí esto para hacer entender lo que siento que está mal en el mundo/se sientan allí en sus culos sobrealimentados/se alimentan del sudor de las clases menos afortunadas/se mantienen en el poder de mierda porque sus dedos están en el botón/ellos tienen el control y no dejen que se nos olvide.


La torpeza como virtud 


Si no fuese por el contenido polémico para la época y por el entorno social en que nació Crass, la banda hubiese pasado desapercibida. The Feeding of the 5000 fue grabado con un presupuesto tan bajo que se podría catalogar como experimento. Casi ningún músico del álbum sabía tocar su instrumento, o poco lo dominaba: guitarras desafinadas, alaridos más que letras, coros torpes y bases a destiempo. No es un disco hecho para gustar, y los integrantes lo saben.

Fuente: kill the hippies.

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