martes, 28 de noviembre de 2017

40 años del primer álbum de The Boys

Formados a mediados de 1976 los Boys formaron parte de la primera ola de bandas punk britanicas, su sonido bebía tanto del rock & roll mas clásico como del pop todo barajado con la urgencia del punk y con la inclusión de un organo hammond lo que les da un sonido un tanto diferente al de otras bandas punk.
 El resultado lo podemos ver a lo largo de los 16 temas que conforman este primer Lp,  magníficos y potentes temas con una buena dosis de melodía.
 El disco se grabo a primeros de mayo de 1977 pero no vio la luz hasta septiembre de 1977. si se hubiera editado en la fecha correcta hubiera sido el primer lp propiamente Punk en salir al mercado ya que fueron tambien la primer banda britanica en recibir una oferta para la grabacion de un larga duracion.
Según la banda el error fue debido a la inconpetencia del sello Nems.
40 años se cumplen este 2017 de su primer album, una joya para amntes del Power Pop o Punk77.
 Desde esta pagina el reconocimiento debido.


Sick On You (Me enfermas)
I Call Your Name (Pronuncio tu  nombre)
Tumble With Me  (Acuestate conmigo)
Tonight (Esta noche)
I Don’t Care (No me preocupa)
Soda Pressing (Tan deprimido)
No Money (Sin dinero)
First Time (Primera vez)
Box Number (Numero de caja)
Kiss Like A Nun (Besa como una monja)
Cop Cars (Coches de policia)
Keep Running (Continua corriendo)
Tenement Kids (Chicos de barrio bajo)
 
 
 
 
 

sábado, 25 de noviembre de 2017

El Punk en Cuba.

A principios de los 90, muchos punks cubanos decidieron contagiarse de sida para ingresar a sanatorios y tener ciertas ventajas en cuanto a su alimentación. En ese momento, tampoco sabían que era un enfermedad para toda la vida

Cuba es conocida por sus puros, coches y el comunismo, sin embargo no muchos conocen a sus punks. Aún así, el fotógrafo vasco Josu Trueva Leiva se encontró con una escena de punks bastante hechos polvo en un viaje a Cuba en el 2010. Josu tomó algunas fotos y ha editó un libro en Ruido Photo titulado “Al Son del Punk”, limitado a 1000 copias.
Ahora que nos mandó una selección de las fotos, aprovechamos para hablar con él.

VICE: ¿Qué te llevó a Cuba? ¿Esperabas encontrar una escena punk?
Josu Trueva Leiva:
Sí que esperaba encontrar algún tipo de escena, pero para nada imaginé que tuvieran una escena punk.
¿Cuánto tiempo pasaste con ellos?
Para contar la historia de alguien tienes que pasar el mayor tiempo posible con esa persona y todo lo que le rodea. Si en el primer viaje no tomas un primer café con ellos, significa que tendrás que volver a comprarte un boleto de avión, sino serían unas vacaciones nada más.
Siempre tuve acceso a todas partes. Desde el principio ellos sabían lo que yo quería hacer, la idea les gustó y fui bien recibido,. Cada vez que volvía me trataban mejor.
Me sorprende que muchos de los punks que salen en las fotos son mayores. ¿Hay una escena más joven?
Sí hay una escena más joven, pero yo me centré en los pioneros.
Algunas de las fotos cuentan la historia de Yohandra y Gerson, dos punks que viven okupando un sanatorio abandonado. ¿Cómo es la cultura okupa en la Habana?
La okupacion que existe en países no capitalistas es, en la mayoría de los casos, por necesidad, no un hecho político en sí. En la Habana no existen lugares okupados como centros sociales.
En uno de los textos, Gerson cuenta que tener SIDA era una especie de honor en la escena punk de los 2000. ¿Puedes explicar esto un poco más? ¿Encontraste más casos? 
A principios de los 90, muchos cubanos decidieron contagiarse el sida puesto que ingresaban en sanatorios y tenían ciertas ventajas en lo que alimentación se refiere. En ese momento, tampoco sabían que era un enfermedad para toda la vida. Por otro lado, al ingresar en los sanatorios ya nadie te molestaba por ser diferente en una sociedad tan tradicional.
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Vaya. La escena parece bastante más nihilista que en otras partes del mundo ¿Por qué crees que es tan extremo? 
No me parece tan extremo, simplemente nos sorprenden los punks de Cuba por los estereotipos que tenemos de la isla.
¿Sigues en contacto con la escena? ¿Ha cambiado algo desde que sacaste estas imágenes? 
El contacto con Cuba es difícil. Trato de mantenerlo pero el acceso a internet ahí es muy limitado. Desde que saqué estas imágenes, una de las mujeres murió en noviembre del año pasado y otro chico migró para EE.UU.

 https://www.vice.com/es_mx/article/vb39zm/munchies-este-tributo-de-reposteria-a-charles-manson-ofendio-a-internet

El Punk en China.



Una de las cosas que más me arrepiento de no haber hecho cuando vivía en Wuhan es explorar más a fondo su famosa escena punk (朋克), la más destacada del país en estos momentos. Entiendo que cuando uno piensa en China lo primero que le viene a la cabeza no suele ser este estilo musical, y a mí me sorprendió mucho descubrir esta faceta de la capital de Hubei, una provincia que muchos considerarían como parte de la “China profunda”, aunque ahora me doy cuenta de que contaba con todos los ingredientes para convertirse en un hervidero de punkies.
No en vano, Wuhan es una ciudad con un carácter históricamente rebelde (aquí se originó la revolución que puso fin al Imperio Chino) y sus habitantes tienen fama de ser muy directos y bastante contundentes cuando algo no les agrada. Además, aunque el gobierno está intentando convertirla en la capital de la China central a golpe de urbanismo vanguardista y ambiciosas obras de infraestructura, a muchos nos da la impresión de que esos grandilocuentes proyectos chocan con la forma de ser y de vivir de una población provinciana y eminentemente rural.


De hecho, el área en la que se fraguó el movimiento punk de Wuhan es una de las que mejor refleja estas contradicciones, pues aunque hace veinte años allí no había más que pequeñas granjas, hoy es conocida como el “valle óptico” (光谷) de la ciudad, debido a la gran presencia de empresas punteras del láser y demás tecnologías del sector.
Uno de los primeros grupos punk que nació en esta ciudad es Shengming Zhibing, conocido en el extranjero por sus siglas, SMZB, aunque a mí me parece que su nombre completo tiene gancho de sobra, pues proviene de la Biblia y podría traducirse literalmente como “La hostia de la vida”. Estos señores fundaron su banda allá por el año 1996, en unos años de intensa industrialización y cambios que pusieron patas arriba los cimientos económicos de la vida tradicional.
En aquellos tiempos en China todavía era complicado acceder a ciertos géneros de música procedentes de Occidente y muchos jóvenes recurrían al mercado negro que se formó con el excedente de casetes y CDs de Europa y de los Estados Unidos que llegaban al gigante asiático como basura para reciclar (打口).


Muchos de aquellos discos y cintas eran rayados o agujereados para evitar su reproducción íntegra, pero siempre quedaba algo que aprovechar y fue así como los temas de las grandes bandas mundiales del rock, del metal, del grunge y del propio punk se extendieron por China. Es decir, los padres del punk chino conocieron y desarrollaron su género a través de la basura de nuestro sector musical. Tal cual.
Es difícil saber cuál fue o cuáles fueron las primeras bandas punk de China, porque muchas existieron de forma fugaz y no las conocía ni su madre. En la red de redes hay quienes aseguran que en Wuhan ya había formaciones de estilo punk en el año 1993, pero lo cierto es que Pekín fue la pionera de este mundillo, igual que lo fue y lo sigue siendo con cantidad de corrientes artísticas, muy por delante de la más pija Shanghai.
Es más, se dice que los primeros punks de China pudieron ser los pekineses Under Baby, quienes publicaron su primer single en 1996, a través de una discográfica taiwanesa. La canción en cuestión se titulaba “Todo igual” (都一样) y en mi opinión recuerda mucho al primer disco de Nirvana, aunque también muestra influencias de la vieja escuela.
Otra banda punk destacada del país de Confucio es Brain Failure (脑浊), fundada en 1997 y reconocida admiradora de The Clash, con guiños como el de su tema “Beijing calling”, aunque sus primeros trabajos fueron publicados en Japón, por medio de la discográfica Bad News, y su música no llegaría a comercializarse en China hasta el año 2007.


En cuanto al mensaje, lo curioso es que tanto Brain Failure como SMZB y otras formaciones destacadas cantan muchas de sus canciones en inglés, lo cual puede suponer una forma de esquivar la censura, pues aunque muchas letras son políticamente inofensivas y podrían ser secundadas por la rama más progre del PCCh, otras tocan cuestiones más delicadas en las que los autores ponen a prueba los límites de la libertad de expresión en un país que, de momento, prioriza el derecho a una mejor calidad de vida en términos económicos.
Es más, yo creo que una de las facetas del punk y del punk-rock que más atrae en China es su faceta hedonista y nihilista, la cual no tiene por qué implicar mandarlo todo a la mierda y abrir paso al caos, sino simplemente disfrutar un poquito de la vida y llevar a la práctica aquello del Carpe Diem, pero sin tener que pasar por la picadora consumista, lo cual no supone un ideal precisamente popular en los actuales tiempos chinos de sacrificarse por el futuro de la familia y entregar la vida al desarrollo económico.
Otro detalle a tener en cuenta es que el término punk en chino (朋克) lleva el ideograma de la amistad, por lo que tendría connotaciones muy diferentes a las de la palabra original en inglés, que sería un sinónimo de gamberro o vándalo.

Volviendo al tema de los estilos, igual que ocurre en otros países y con otras lenguas, también hay bandas que imitan o siguen de forma bastante ortodoxa las aportaciones de las estrellas más destacadas del panorama, como por ejemplo los NewPants, unos verdaderos adoradores de los Ramones, o Reflector, a quienes se nota que les mola mucho Greenday. De todos modos, en China hay grupos de punk de todos los estilos imaginables, aunque a mí me llaman mucho la atención aquellos que añaden toques de la música folk, porque creo que ofrecen una forma de conectar con el pasado rural del país y destacar las contradicciones que ha traido desarrollo.
Eso es todo por hoy. Espero que la entrada os haya resultado interesante y si os habéis quedado con ganas de más os recomiendo echar un orejazo a otros grupos destacados como Hedgehog, SUBSFangzui xiangfa, Carsick CarsGum Bleed o Demerit. ¡Que aproveche!


 http://www.historiasdechina.com/2017/10/08/el-punk-en-china/

Alicante 1979-1985. Punk y descaro desde la costa este




Era el 23 de septiembre de 1979 y Dr. Feelgood actuaba en el Pabellón Municipal de Deportes de Alicante. Mis amigos y yo pensábamos que era una buena ocasión para ir provistos de costo y algunas "pirulas" para poder disfrutar de tan magno e inusual acontecimiento en "Alicante ciudá". Por ellos nos gastamos todas las pelas en el "colocón" y, como era de esperar, nos quedamos sin pasta para la entrada. Solución: plantarnos en la puerta a la hora indicada y, aprovechando el mogollón, entrar al empujón al concierto. Pensado y hecho. Dentro los Feelgood de Lee Brilleaux y Gypie Mayo, desarrollaron su Rock'n'Roll y Rhythm'n'Blues pasado por la batidora del punk, es decir, lo que en las islas britanicas se conoció como Pub-rock, y hay que ver como, tan sólo un concierto, le puede hacer cambiar los esquemas a un chaval de tan sólo 18 años.

A Luís López Molina "El Peskao" y Santiago Blázquez Rozalén "El Santi" ya les conocía de los colegios donde había estado. Siempre nos había unido el gusto por el rock mas canalla, lo que nos hacía pensar constantemente en la idea de montar nuestro propio grupo.

En "Alicante ciudá", por aquel entonces, las bandas que habían eran del tipo Costablanca, Mediterráneo, Mosto, Eclipse, etc., buenas bandas, muy profesionales, grandes músicos, pero se alejaban de nuestro gustos musicales, los cuales iban por caminos bien distintos, acercándose más bien por todo lo que estaba pasando en Inglaterra a partir de 1977.

Pero es a partir de 1981 cuando la cosa de hacer un grupo se concreta. Durante ese año y parte del siguiente un servidor, se encuentra sirviendo a la patria en Cartagena, por supuesto se trataba de la marina, donde mataba el tiempo leyendo cómics como el "Víbora" o "1984", revistas como "Sal común", "Vibraciones" o "Rock spezial", escuchando en la radio el Diario Pop de Jesús Ordovás y asistiendo a todos los conciertos que tuviera a mi alcance:

* Uno de ellos fue el de Los Secretos en Mazarrón, con los tres hermanos Urquijo compartiendo cartel con la Orquesta Mondragón de Gurruchaga y Stinus, por cierto, como me flipaba Jaime Stinus. En ese momento se encontraban presentando su álbum 'Bon Voyage'.
* En la plaza de toros de Murcia pude presenciar a Rubí y Los Casinos y Charol entre otros.
* Otra inolvidable actuación fue la ofrecido en San Pedro del Pinatar por Alaska y los Pegamoides, junto a Zombies y Loquillo y los Trogloditas. Este ultimo concierto fue mi total agrado.

Durante la mili mis discos de cabezera eran el 'Never mind the bollocks, here´s The Sex Pistols', obviamente del grupo del descarado Sid Vicious; como no, el 'London Calling', de los The Clash; 'New hope for the wretched' de Plasmatics; 'Rocket to Rusia' de Ramones y el 'Party mix' de los B-52´s.

El punk y la nueva ola ya empezaban a calar fuerte en mi y estaba deseando terminar la "paranoia" de la mili para poder hacer con mis colegas un grupo de punk-rock. Durante aquella época resultaba curioso ir paseando por Cartagena tropezándote con Loquilllo o José Antonio González, de Asesinos a sueldo, que también andaban cumpliendo sus obligaciones castrenses por la zona.

En una ocasión, fueron Peskao y Ovidi, con el 127 de este último, a recogerme a Cartagena para ir a Murcia por que nos habían dicho que allí había un lugar donde se reunían los punkies, estamos hablando del Rock and Roll.

Durante un permiso que tuve me compré mi primera guitarra eléctrica, una Vox imitación a la Gibson les Paul, y mi primer "ampli", un "Sinmarc" de lámparas. A eso hay que sumarle una guitarra Gerson imitación S.G., mas un cubo Roland de Santi, una batería Honsuy de segunda mano del Popeye, un bajo Hoffner de violín del Peskao y un micro para voz de sensible. Con ese arsenal hicimos el primer concierto como Vicios Modernos en un Pub de la capital llamado Tropi-bus. A las 11 de la mañana ya estábamos todo el grupo allí para ensayar, probar sonido e ir perfilando lo que nuestro repertorio. Mis recuerdos son en forma de nebulosa, debido al "colocón" descomunal que pillamos a base de porros, cubatas, anfetas y pastillas de opio.

El concierto en sí debió de ser caótico, pero nos lo pasamos de puta madre a pesar de que la técnica musical no era lo nuestro, pero ¿eso era el punk no?, energía, descaro y diversión. Recuerdo que de regreso a casa y antes de atravesar el umbral de la puerta tiré la pota de una manera bestial.

Una vez licenciado de la mili nos pusimos a ensayar los Vicios al completo en una planta baja de la playa de la Albufereta, propiedad de nuestro cantante. Allí fue gestándose el repertorio de los Vicios, como 'Funcionarios muertos', 'Te invito a una orgía en mi refugio nuclear', 'Jhonny cogió su fúsil',o las versiones 'Rosario' de Kaka de Luxe o 'Brand new Cadillac' de Vince Taylor, vía The Clash. Inolvidables fueron aquellas salidas que hacíamos con el famoso 127, cuando nos recorríamos la provincia entera buscando rock and roll. En una de esas, una noche aparecimos en la discoteca Cap Negret de Altea, donde estaban tocando Los Yous (talento teen pandillero en el subsuelo alicantino, corazones oscuros en la luz, sombras brillando) y conocimos a Lou, que se encontraba justo allí, por cierto excelente periodista musical que aparte de los fanzines que el mismo se curraba y editaba, llevó la pagina musical semanal del diario información de Alicante, entre 1979 y 1984.

El segundo concierto-desconcierto de los Vicios tuvo lugar en un garito del barrio alicantino de Los Ángeles llamado Pink Floyd, propiedad de Basilio Montes, bajista de Garage. Allí mismo en un cuartucho que había al fondo del local ensayaba con su grupo formado por el "Tronko" a la batería, un tal Carlos Goñi a la guitarra y el propio Basilio, al bajo. El Pink Floyd era un lugar que congregaba a una gran fauna rockera, se pinchaba power pop, punk, new wave,..., te podías tomar unas "birras", liarte unos "porritos" y hasta tocar con tu grupo en el pequeño escenario que había en el local. Un día que los Vicios, mi grupo, estábamos en el local, vimos aparecer a tres tios con pintas punkies. Basi se acercó a nosotros y nos dijo que tenían un grupo que se llamaba Urgente ellos eran Miguel Angel "Chispa", "Efectivo Positivo" y Josem y que podíamos hablar de musica (punk) con ellos. Al hablar de Urgente me viene a la memoria el número que montamos los Vicios en el transcurso y al final de una entrevista que nos hicieron en Radio Alicante, ya desparecida.

Otro de los garitos que los punks de Alicante frecuentábamos por aquella época, era el Alter Ego, un pub propiedad de un tal Paco, donde la barra era atendida por Gino, un genuino punk rocker. El local estaba decorado con posters de los Sex Pistols, Sid Vicious, Ramones, etc. y se pinchaba básicamente punk del 77. Allí, entre las redadas policiales en busca de droga, sexo rápido en los WC, pogos y botellas de cerveza estampadas en la pared una vez vaciado su contenido, también podías montar unas buenas punki-jams, habitualmente organizadas por los Vicios. En una ocasión aparecieron por allí unos locutores de Radio Alicante y nos invitaron a la emisora para hacernos la entrevista que menciono unas líneas más arriba. Una vez llegados allí estaban entrevistando a Todo Todo (quienes después se convirtirían en Muzak) el excelente grupo tecno-new wave de Paco, Carmelo y Peki. Pues una vez llegado nuestro turno quisimos emular a los Sex Pistols soltando durante la entrevista toda clase de incongruencias e insultos, todo debidamente acompañado de groseras risotadas, poniendo al entrevistador con la tensión subida. Este dio por terminada la entrevista antes de tiempo, cuando nos íbamos nos llevamos de bellón un micro. Cuando nuestro entrevistador se percató del mini-hurto nos persiguió por las escaleras rogando que se lo devolviéramos, mientras que nosotros le gritábamos de todo. Los 40 "criminales", es decir, Principales no estaban hechos para nosotros.

Pero el concierto más fuerte de los Vicios estaba aun por llegar. un tal Jesús "McLaren", un tío que vivía en el barrio de Juan XXIII, barrio marginal de la zona norte de Alicante, se había convertido en manager nuestro y no se le ocurrió otra cosa mejor que hacernos actuar en las piscinas de dicho barrio. A la hora del concierto el grupo había conseguido reunir a unos cuantos seguidores, todos ataviados con estética punk, y justo cuando se disponían a empezar se originó una autentica batalla campal entre heavys, a los que se sumaron los macarras del barrio, contra los punks, todo porque alguien afirmó que Barón Rojo eran una mierda, eran otros tiempos, ¿que duda cabe?.

Después de aquel verano del 82, los Vicios Modernos nos disolvimos dando lugar a dos nuevas bandas: Carne de Psiquiátrico y Morticia y los Decrépitos.

En ese momento yo quería hacer un grupo mas acorde al punk siniestro, onda en la ya discurrían bandas españolas como Parálisis Permanente o Desechables. Por todo ello Rafa Miralles y María García Verdú empiezan a realizar intensos ensayos para esbozar, en octubre de 1982, lo que iba a ser Morticia y los Decrépitos. Rafa Miralles había estado anteriormente en una banda llamada Fracción Radical, igual que una canción de Muzak que, lógicamente estaba dedicada a ellos.

En ese momento Alicante ardía, nacían nuevos grupos por doquier, con nuevas ideas de todas las tendencias y colores, tales como Café Grecó, Alarma Rosa, Muy Frágil, Garrote Vil, Aspirantes a la Horca. Paralelamente surgían fanzines como "Asco", "Cruces Gramadas", "El Pene Enmascarado", "La Traición del Espejo". Proliferaban los programas de radio donde se pinchaban las maquetas de los grupos independientes como "Otra Dimensión" de Alex Pinilla y J. M. Tornell en Antena 3 Radio, o el de Vicente Climent en Radio Popular. Con este caldo de cultivo, brotaron locales donde escuchar toda esta música que emergía sin freno, como "L´escala", "El Pogo", "Guayas", "Colors(en San Juan), "Camel" (en Benidorm); y como no locales donde se podía tocar: "Papalagi", "Totem", "Hipogrifo" (en Elche), "13 Cotinos" ,"Z.Z.Rock". Del mismo modo se organizaban concursos de grupos noveles como el de la discoteca "Il Paradiso" en el que Los Barrilas de Koki y Rubén se presentaron y, antes de empezar su actuaión, preguntaron "que quereis caña? pues tomad caña", echando sobre el sufrido público trozos de caña o bajándose los pantalones cuando les iban a hechar una foto. También eran reconocidos los concursos promovidos por la discoteca "Vertice" de Redovan o el que organizaba Galerías Preciados donde los Aspirantes a la Horca desfogaban su punk blasfemo e impío.

María Morticia, por aquel momento, lo tenía todo para llegar lejos. Aparte de una imagen muy bien cuidada, poseía una voz capaz de alcanzar cualquier registro. Ella escuchaba entonces a Nina Hagen, a la que muchos chavales habíamos descubierto por medio de la pelicula "Cha-Cha". Los ensayos de los Decrépitos eran diarios, todas las tardes Rafa y yo subíamos a San Juan para hacer un repertorio que nos permitiera tocar en directo. A estos ensayos solía ir una amiga de Maria, llamada Aintxane que, ya por esa época, me tenía loco. A Rafa por su parte le molaba María. Bueno, pues al cabo de un tiempo, ya estábamos preparados para tocar.

Y para eso estaba el Z.Z Rock, el club mas genial que ha habido nunca en Alicante Sus dueños, César y Ana, daban cancha y apoyo a los grupos nuevos, organizando conciertos casi todas las noches, como en una ocasión que actuó La Uvi. También eran asiduos los Urgente, el grupo del "Chispa" y el "Efectivo", geniales tipos. Cabe destacar que, César y Ana, también fueron los organizadores del festival de que tuvo lugar en Maristas, donde Carlos "Ramone" presentaba, látigo en mano, a los grupos que iban a actuar.

Fue el concierto mas salvaje que hubo nunca en Alicante, aunque yo guarde un sabor agridulce del mismo. El cartel lo conformaban Urgente, Carne de Psiquiatrico, La Uvi y nosotros mismos, Morticia y los Decrépitos. Y cuando digo el mas salvaje, no solo me refiero a la música, sino también por el destrozo que sufrió la sala. Se podría traducir, entre comillas, como la venganza de todos los que habíamos estudiado en colegios de curas, como protesta a su forma de enseñar. Al margen de esto, nosotros habíamos estado preparando el concierto ensayando con el batería de otro grupo de la escena local, ya que en ese momento no teníamos a nadie que se hiciera cargo de las baquetas decrépitas. Al tipo le prometimos 10 "talegos", que le pagaríamos con la parte proporcional que nos correspondía por la venta de entradas. Llegada la hora del concierto no disponíamos de pasta para pagarle (era un jodido pesetero) y el cabrón nos dijo que sin pasta no tocaba por lo que nos dejó tirados. A todo esto Brasi, de La Uvi, se ofreció, aun sin saberse nuestros temas, a tocar con nosotros. De este modo, nuestra actuación se resumió con 4 temas y abandonamos el escenario porque no conseguimos el sonido que nos gustaba. Pese a ese percance, la fiesta continuaba y yo lo recuerdo como algo grande provocador, todos con unas pintas de escándalo: chicas con minifaldas, cuero, pelos cardados alguna con algún pecho que se le salía por la camiseta, estratégicamente rota; chicos con chupas de cuero badges, chapas de grupos, pantalones vaqueros, botas militares, etc., ¡Qué coño sabían esos curas lo que era el punk! Supongo que al ver tanta provocación se arrepentirían 100 veces de habernos alquilado el salón de actos. Lo cierto es que el diario local información dedicó 4 paginas a hablar de tan magno y lúdico acontecimiento.

Y es que, a decir verdad, era en los directos donde veías el gran ambiente que se respiraba por aquella época. A los conciertos asistía mucha gente, apoyando a los grupos, había ganas de diversión. Solo se subía, la ingenuidad de aquellos jóvenes embargados por el efecto multiplicador de las sustancias que tomaban provocaban su irrefrenable consumo. Lo cierto es que las drogas aun no mostraban su cara mas chunga.

Tocaban allí donde hubiera un enchufe y ganas de pasarlo bien. En la escena alicantina de aquel entonces se formaron grupos que hubieran merecido editar discos pero, claro, Alicante carecía de la mas mínima infraestructura, no existían estudios de grabación ni una maldita editora de discos. Para grabar maquetas con buen sonido era obligatorio visitar la capital del Turia, y luego moverlas por Madrid. El problema era que, en Madrid, ya había grupos de todos los estilos, lo que hacía que el interés por grupos de fuera del núcleo de la movida carecieran del más mínimo interés.

No obstante, hubo casos muy concretos que si tuvieron su merecido reconocimiento. Esto sucedió con Carne de Psiquiátrico y Urgente, quienes aparecieron en el recopilatorio de Dro, 'Punk que punk?'. Del mismo modo, PP tan solo, acompañado de los Carne de Psiquiátrico, también registraron un tema en otro recopilatorio de dicha discográfica que llevó por título 'Navidades Radioactivas'. Por su parte, los Garrote Vil incluyeron un tema en un compartido junto a Aviador dro y Sade que coeditó Banana Split-Dro.

El caso del grupo PP tan solo, formado por los inolvidables "Peskao", "Popeye" y "Sensible", fue el de un grupo que se hizo famoso por su tema, donde citaban a uno de los grandes de la movida viguesa, por no decir el mas grande, que llevaba por título 'Quiero ser guitarra de Siniestro Total". El guitarra de PP tan sólo, era un ilicitano muy colega de los Urgente, con muy buena imagen y que, además, tocaba de lujo. Todavía recuerdo una actuación de los Carne en el 13 Cotinos, donde se marcaron un 'Warhead' de los U.k.Subs con un PP tan solo que se salía.
Por su lado, los Carne de Psiquiátrico, los cuales llegaron incluso a pisar el escenario del mítico Rock Ola, era una excelente banda punk con influencias tanto del 77 como del Oi!, así como de los grupos del "punk and disorderly". Todavia por alicante hay gente que daría lo que fuera por la grabación de un directo del 83, en Alcoy, que ofrecieron entre Carne de Psiquiátrico y Urgente.

Volviendo a Morticia y los Decrépitos, consiguieron grabar una maqueta eminentemente punk que contenía 'Dios salve al rey' y 'La tierra está llena de carniceras moribundas'. El segundo corte era de un sonido mas after-punk, en comparación con la versión que se editó en el Ep de Pakistan Rock and Roll Crussade. Otras maquetas fueron una que rescataron de una grabación en cassette, donde hay temas como 'Vecinos fuck off', 'No' o 'Claustrofobia'; incluso se grabó una tercera maqueta, cuando yo no estaba ya en la formación, donde Rafa y María aúnan esfuerzos junto a Paco Aracil a la guitarra y Bojias con la batería, maqueta en la que destacan 'El ceremonial', 'Jennifer' o 'Vamos a contar vampiros'.

Tocando palos mas en la "new wave", podemos citar a los Muy Frágil de "Feme" y "Virus". Superdivertidos, tocaron por todo el circuito de clubs del momento. Existe una maqueta de 4 temas, como tantas otras, grabada en el Microestudio valenciano, en la que destacan temas como 'Cara de rana' o 'Muere y deja morir'.

Mencionar a Garrote Vil es lo mismo que mencionar a una de mis bandas favoritas. Desde que los descubrí en la noche Filter, cuando protagonizaron una memorable actuación. En directo no tenían nada que envidiar a ningún grupo, ni de la escena de Madrid ni, ¡ojo!, de la de Londres.

Por el Z.Z Rock tambien pasaron combos como Los Españoles, Dexintocxicados y toda suerte de formaciones alicantinas. Los conciertos eran parte de la fiesta, fiestas que se extendían, a veces, durante varios días y en las que no faltaban las drogas, como las famosas anfetas (bustaid, dexedrina, maxibamato, minilip o centramina) que permitían aguantar cualquier cosa. No podemos obviar, por desgracia, citar otras sustancias de peores consecuencias que también gozaron de un tremendo protagonismo con su terrible presencia, como fueron la cocaína y la heroína.

Otro local, de los singulares por su rareza, estaba situado en Callosa de Sarrià, había otro local, la piscina de Casa Marcos, un lugar curioso encima de una montaña, por donde pasaron todos los grupos de la escudería Filter de los hermanos Torres.

No quisiera olvidar mencionar a toda la fauna que se juntaba en el Camel de los tambien hermanos Pau y Toni, como Philipo, Lou, Gilland..., o sea, los mismos que montaron la Peña Verguenza Ajena en la que se dio cuartel a grupos como Garage (su tema 'La ciudad' me sigue pareciendo una obra maestra) Eider, Alarma rosa, Aspirantes a la horca (con Alejandro Pinilla) o La Oscura Posibilidad, quinteto de Elche que practicaban un pop-rock de oscuros tintes oscuros, destacando temas como 'El retrato de Helene Vary' o 'Manda recuerdos desde Teruel'.

En Benidorm, Studio 54 es otro de los garitos a tener en cuenta. Por el pasaron grupos como Garrote Vil o Café Grecó, con Mamen al mando de sus teclados Korg, quien derrocha su inconfundible talento en temas como 'Uruguay', 'Viento del infierno' o 'Un espasmo apenas'. Mamen era, y es, una chica adorable, vestía a lo after-punk, me encantaba su piel y su pelo, bueno en realidad me gustaba todo de ella.

Aquellos primeros 80 fueron salvajes en todos los sentidos, fue una época muy experimental, en lo referente al sexo, molaba probar casi todo. El punk era mucho menos político y mas callejero y gamberro, a la par que glamouroso, puesto que la imagen era muy importante, nos divertíamos creando y cultivando nuestro cuerpos, tanto interior como exteriormente.

Otra fiesta memorable fue la organizada por el Pub el Forat del eterno Tonni, con las cámaras de televisión de testigo, filmaban lo que era el ambiente musical de alicantino. Hace poco visioné el Dvd del programa de La Edad de Oro, un flipe 22 años mas tarde, donde se hicieron varias entrevistas a los personajes de la escena alicantina, actuó Morticia y los Decrépitos y, como colofón, los Muzak, ya desde los estudios de Television Española, con Carmelo y Paco en los coros y bailes, acompañados de Javier Berruti y "Baquelita".

Otra de las cosas buenas de formar parte de aquel pasaje histórico-musical es el buen rollo que dominaba el ambiente. Múltiples fiestecitas, muy guapas, surgían después de los conciertos. Recuerdo especialmente cuando, con mi Diane 6, no íbamos a Valencia, Rafa, María, Aintxane y yo a ver a Siouxsie and The Banshees, teniendo que empujar el coche cada dos por tres, porque no arrancaba ni a empujones. Otra inolvidable, fue una Nochevieja en un hotel de lujo, los mismos cuatro con buena coca y mejor "rojo libanés"...

Cuando me fui de Morticia para crear Tango Lüger seguimos manteniendo la amistad, incluso cuando ambos teníamos nuestras nuevas maquetas, cada uno la suya, y, tras escucharlas en el radio-cassette del coche, felicitarnos mutuamente por los resultados obtenidos. Era otra época.

Activos, creativos, brillantes, energéticos, divertidos, así es como fueron esos primeros 80 en mi ciudad, una pequeña ciudad de la periferia donde no había prácticamente nada, pero donde se agitaron y sacudieron conciencias con el fin de enterrar definitivamente, y por medio de la diversión, a los viejos fantasmas, soltándonos las cadenas para recuperar, ya para siempre, la libertad. Tiempos en que todo era posible, cualquier cosa podía suceder, aunque, desde la perspectiva de 2005, lo importante no era el fin sino el medio, eso que hizo el que todo aquello lo recordemos como algo inolvidable.

Llegado el año 1985, la cosa empezó a decaer considerablemente, las bandas se empezaban a separar, se respiraba resaca, surgían nuevos nombres como Tupes Oscuros o Tronkomoviles, hasta que en diciembre de ese año, cojo mi guitarra, 30.000 pelas y me voy a Madrid, pero eso ya es otra historia.

The Damned "Music For Pleasure" 40 aniversario.


«Music for Pleasure» es el segundo álbum de estudio de la banda británica The Damned. Tras haber logrado un buen recibimiento por parte de la crítica, The Damned consiguieron llamar la atención del baterista de Pink Floyd, Nick Mason, quién estaba encantado por el movimiento punk, dado que buscaba regresar al rock a lo que originalmente era en los años ’60, una música simple y directa hecha en bares, clubes y pubs en lugar de centrarse en estadios y festivales multitudinarios. Cuando Mason conoció a la banda, no quedo conforme con el sonido que ofrecían con un solo guitarrista, es así que pidió al grupo que incluyeran un guitarrista más, en este caso Lu Edmunds, que trabajaría con The Damned solamente por el resto de ese año. También participaría como músico invitado el saxofonista Lol Coxhill.
 Grabado en los Britannia Row Studios de Londres, con producción de Nick Mason, en agosto de 1977 y lanzado por el sello Stiff Records el 18 de noviembre de 1977, el álbum marca la última colaboración de Brian James como miembro de la banda, dado que se alejo debido a diferencias creativas con el resto de sus compañeros, al mismo tiempo que este LP sería el último para el sello Stiff. Si bien el álbum no se distancia de su predecedor musicalmente hablando, muestra algunos avances en estructuras más complejas de las canciones. El diseño de carpeta fue de Barney Bubbles, incluyendo la pintura de portada. Durante la grabación, la relación de James con la banda fue un tanto intensa, lo que genero ideas dividas sobre las canciones trabajadas.
Para la reedición en CD del álbum de Frontier Records en 1997 (y posteriores) se añadieron 3 bonus tracks. Este archivo corresponde a la reedición que Castle Music realizó en 2002 en Europa, Reino Unido y EUNA, con los mencionados temas adicionales.


La génesis cultural de los 90s en Montevideo (y el rol de las tres bandas)

A mediados de los 90, en plena adolescencia, tuve la gracia de adentrarme en la escena subterránea de Montevideo, un ingreso que obró como especie de portal a otra dimensión para un alumno de colegio privado pocitense que poco conocía más alocado que colarse a las fiestas de 15 con una camiseta de The Doors debajo de la camisa y corbata.
Y soy un convencido de que las tres tiras que llevaba en mis pies jugaron un rol protagónico y conector
en los distintos
ritos de iniciación
en los que me vi involucrado:
– las noches de primeras recorridas en plan seudo pandilla púber
– spray en mano por las calles (rayando Nirvana)
– cruzándonos ocasionalmente con nuestros ídolos de la época
– los primeros graffiteros de gorrito que firmaban los muros con inscripciones que se repetían por todo Montevideo como “Mono y Frijol” (autoría del Mono, hoy responsable de los Premios al Hip Hop) o “Barra Ramones”
– con bandas de metaleros que deambulaban temibles en chaquetas de cuero y camisetas de Sepultura
– hasta los primeros recitales en un recinto oscuro del centro llamado Rocker Building, con satanistas de caras pintadas compartiendo cerveza con los primeros hardcores de bermudas, championes de gamuza y soquetes deportivos
– o los encuentros de las distintas mini tribus en la puerta de la disquería F-86 en la Galería Jardín de 18 de Julio, en la que se agolpaban los referentes del under de los distintos palos intercambiando “material” limitadísimo, casetes y CDs importados que eran preciados como oro en la escena
Luciano Supervielle como DJ en los 90s // Foto cortesía del músico
Para poner en contexto, vale aclarar que aquella Montevideo modelo 1995 era muy diferente a la actual y que fue en esos años que se empezaron a gestar varias de las movidas que hoy están más consolidadas, convirtiendo la ciudad en lo que está siendo, un lugar vivo-juvenil- contemporáneo. Fue una génesis, que estaba en su etapa de raíces todavía hondas, buscando irrumpir desde abajo del pavimento gris. Sin que nosotros lo comprendiéramos del todo, la sensación era la de un descubrimiento de mayores libertades. Las calles eran nuestras. Y había que caminarlas.
La capital de Uruguay se presentaba como una plataforma, virgen, bastante desolada aún en lo que respecta a los terrenos más alternativos de las culturas urbanas. A los espacios se les imaginaba un uso y se los apropiaba, en muchos casos sin consentimiento de la ley. Esto valía para el skate, para el arte callejero, para los mismos toques. Plazas donde congregarse, bancos para deslizar, escaleras desde las cuales desafiar la gravedad. Muros para colorear. Calles en las que colocar baterías y amplificadores. La óptica, el cómo uno visualizara las posibilidades que la falta-de-actividades otorgaba, podía hacer la diferencia. Y la manera de explotar este gigante patio de recreo, radicaba en la creatividad de los protagonistas.
Todo lo que había era lo que estaba por hacerse.   
La escena a la que me refiero no era un circuito estrictamente musical, sino el enlace o bloque de una serie de núcleos duros, figuras carismáticas con una visión, que atravesaban varias disciplinas, entre ellas el deporte (skate, bike), el grafiti, la moda con las primeras marcas de culto, asociadas a la electrónica como Freaks de Pablo Suárez o Patacónica, de Mario Pollack que tuvo su primera sede a una cuadra de la Plaza Gomensoro, o los atisbos de las camadas primarias de la escuela de Peter Hamers; y hasta lo periodístico-narrativo, por medio de las radios piratas como Alternativa FM (con base en el fondo de una casa de Belvedere) o los fanzines, revistitas caseras, fotocopiadas, que difundían lo que iba sucediendo en los distintos circuitos y se adquirían por pocos pesos en un puesto comandado por punks anarquistas en la feria de Villa Biarrtiz los sábados o en la misma disquería F-86. Publicaciones de corto tiraje como Viviracción, No Hay Salida, Thrash Attack, Diké, Acto Sincero, que llevaban el registro en blanco y negro que no traían los diarios. Sus páginas venían colmadas de data imprescindible, entrevistas a grupos y poesía contestataria.
Desfile de Peter Hamers // Foto cortesía Digregorius
Desfile de Peter Hamers // Foto cortesía Digregorius
En el radio de los sonidos asomaba por primera vez el hip hop, con un pie en el mainstream de la mano de Plátano Macho y el Peyote Asesino y un frente menos visible para las masas que tenía a las duplas extremas Victimas.Del.Sistema. y Fun You Stupid a la cabeza, pioneros en incorporar sonidos industriales y además en el bombing en aerosol multicolor de los muros locales. La electrónica también daba sus pasos iniciales, de la mano del DJ Bruno Gervais en la Locomotive de Malvín y se ponía fuerte un poco más tarde, en 1997, con la apertura de Milenio. A su vez llegaban a Montevideo, procedentes del Buenos Aires, las bandas pioneras del hardcore en el Río de la Plata para dar conciertos memorables como los de Fun People o Buscando Otra Diversión en Platense Patín Club, verdaderas fiestas del stage diving, el arte de zambullirse desde el escenario a la piscina de brazos.
Como había pocos lugares especializados donde tocar (léase los míticos Amarillo y Juntacadáveres, o Groovezone donde sonaba tecno y rap), las bandas más chicas lo hacían en clubes deportivos o sociales, es decir, cualquier local que alguien les alquilase, alineándose más allá de los estilos. Por aquel entonces no era raro ver un grupo de rap tocando con uno de punk en la cantina de una sede de barrio periférico.
Los parroquianos eran testigos atónitos de la invasión de mutantes.
Plátano Macho // Foto cortesía Luciano Supervielle
En el ambiente se cruzaban las “fichas”, lo que lo tornaba más arriesgado que el que se respira en los toques de ahora. Había una cuota de peligro en la atmósfera. Hasta ahí se movilizaban los primeros séquitos, confundiéndose los de camperas adidas, mechones teñidos y pantalones anchos con los de chupines rotos, crestas, pins y chaqueta de cuero con parches. Los localcitos se explotaban.
Lo mismo era aplicable para las patinetas, surgían los primeros campeonatos, organizados en espacios públicos (no había skateparks) como la Terminal Goes o la Plaza 1º de Mayo, por los propios participantes, en muchos casos incorporando escenarios con shows en vivo en los que confluían los distintos géneros asociados a la práctica de la patineta y el público respondía haciendo mosh (barrenar sobre las cabezas de los otros asistentes), o saltando al unísono de la mano del característico “jump, jump”. Cada evento de estos, vistos a la distancia, marcaba a fuego a los participantes, como hitos que iban afirmando las decisiones personales.
El skater y tattoo artist Gabriel Callico // Foto cortesía Gabriel Callico
Como siempre, en el medio, lo filosófico parece cuadrar con los códigos estéticos. Irrumpía la ropa vintage y los entendidos peregrinaban hasta las tiendas de segunda mano de la avenida Carlos María Ramírez en La Teja. La simple elección de un simple par de championes podía sentirse como sinónimo de adhesión y ayudar a identificar a los “colegas” entre la multitud. Los adidas que nos flechaban en algún videoclip de los Beastie Boys (caído del cielo expreso a las antenas del televisor vía MTV, que en Uruguay-antes-del-cable era un programa que seleccionaba lo más destacado de la semana en dicha cadena), no eran conseguibles en Montevideo, por lo que para quebrar en serio había que ingeniarse y la única solución era encargarlos a algún viajero.
Tengo grabada esa primera caja azul que trajo mi viejo de USA. Su debut. Justo el primer día en el nuevo liceo céntrico. En el ocaso de ese verano que tiene el efecto como de dióxido de carbono en el cerebro. Así me subí al ómnibus camino a clase, efervesciendo de enamorado del primer amor y las secuelas de Cypress Hill, con el jopo decolorado, baggys y los flamantes adidas, valiosos como una moto. Una vez a bordo del medio de transporte me topé con un compañero, que claramente no descifró mi pinta y se quedó de cara mirando los championes que contrastaban de lleno con sus zapatos leñadores. “¿De dónde sacaste esos?”
La situación se repitió con la mayoría de mis viejos amigos a lo largo de la jornada de clase. Ojo, no había rechazo, pero sí una sensación de incomprensión, como si me hubiese convertido en algo diferente. Todos, salvo por otro muchacho, un estudiante llegado del exterior, que increíblemente –para la época y el contexto- vestía el mismo calzado en el aula. Sobre el final de la embolante jornada se me acercó tímidamente y me preguntó “¿te gusta el rap?” Le contesté que sí, que entre otras cosas. “Lo supuse por tus championes”, me dijo.
Las charlas se dispararon.
– De dónde conseguir tofu.
– De dónde escuchar música en la radio: Aguante Rocknroll (100.3).
– De películas gloriosas: Colors. Kids. Asesinos por Naturaleza. Pulp Fiction. Punto Límite. Boyz N The Hood. El día de la marmota.
– Y dónde conseguirlas: Video Imagen Club.
– De qué ver en la tele: Control Remoto (canal 10). MTV (y su conductora Ruth Infarinato)
– De bandas extranjeras propiamente dichas: Sonic Youth, House of Pain, NWA, Biohazard, Rancid
– De revistas importadas: Thrasher. Mad.
– De dónde tatuarse: Callicó Tatuajes
– De skaters locales porque su hermano menor patinaba y estaba perdido en Montevideo (le hablé de Mauricio Kolenc, Cocoa, Seba Punk, Gabriel Callicó, Kike Machado) y foráneos (Ed Templeton, Jamie Thomas)
– De deporte: Mike Tyson
– De libros: Basketball diaries (Jim Carroll)
Conectamos
al instante
y terminamos siendo mejores amigos durante los dos años que duró el preparatorio.
Todo a partir de un modelo de championes.
Imagen del primer demo de Hablan Por La Espalda // Foto cortesía Fermín Solana
 
 
http://miradacouture.com/la-genesis-cultural-de-los-90s-en-montevideo-y-el-rol-de-las-tres-bandas/60441/

Fanzines: el punk del cómic, autoedición a hostiazos y sindicalismo de grapa



¿Cuál es el panorama actual de la escena de fanzines en el estado español?.
Estamos en un momento en el que el papel está más vigente que nunca, y en el que hay una convivencia amable con la publicación online. El papel se convierte en objeto fetiche, de coleccionismo, con un valor importante, en función de las manos en las que caiga. Ojo que ya nos saltan las alertas ante el riesgo de sobreprecios por convertirse en tendencia en épocas de modernidad y hipsterismo.
Por contra, las publicaciones online y las redes sociales te pagan en egodólares. A no se que te alimentes de likes, retweets y favs, este no es tu medio.
Los fanzines mantienen la producción desde los márgenes, lanzando sus propias ediciones, en ocasiones muy limitadas y más ocupados en asaltar los espacios que en saltar a los grandes circuitos de distribución. Sin embargo, las buenas gentes del Fanzine Rantifuso, y la plataforma NEUH (No Es Un Hobby), entre otros, mantienen desde hace algunos años una pelea con los grandes salones del comic para reivindicar un espacio visible para los fanzines, lo que les ha valido guasonamente el sobrenombre de El Sindicato de la Grapa. La reivindicación de espacio en estos grandes salones tiene una motivación clara: las ventas que encuentran en estos espacios garantizan la supervivencia de la publicación. Además es una posibilidad clara de reorientar estos salones hacia públicos más underground, ahora que cada vez se han convertido más en Cómic-Con de entretenimiento familiar.
En paralelo a esta situación surgen iniciativas interesantísimas como Hostia Un Libro (HUL), el festival de microedición y guantazos que este año ha celebrado su 4ª edición y en el que se pueden visitar más de un centenar de stands con los materiales más variopintas. 
Participan en este programa:
David Molina, ex-colaborador de Cretino y dibujante.
Samuel Ranti, que edita desde hace 12 años el Fanzine Rantifuso y colaborador de muchos otros fanzines. También guerrea con los salones del cómic de en distintas ciudades del Estado buscando un hueco para la exhibición de fanzines.
Jose Haz, que lleva la plataforma de autoedición Afeite al Perro donde da rienda suelta a su creación musical como Atomizador y Extinción de los Insectos, y también edita materiales de otras bandas como Sudor y Burro Ácrata.  También publica su propio fanzine HAZ desde hace 11 años. En esta plataforma el dibujo y la música se dan la mano amigablemente, un clásico en la cultura underground.
Abraham Díaz, dibujante mexicano a quien pillamos de paso por Madrid. Es colaborador de la editorial gráfica subterránea Joc Dog. Desde 2010, fecha en la que abandonó la escuela de diseño, lleva dibujando en distintos proyectos, desarrollando su personalidad artística con un dibujo salvaje y sucio que cuenta con muchos fans y que le ha traído hasta Madrid, entre otras ciudades, para exponer su trabajo.
Pedro Toro, forma parte de la organización de Hostia Un Libro (HUL), el festival de microedición y guantazos que este año celebra su 4ª edición en El Campo de la Cebada con más de un centenar de stands y con un exhibición de bike polo. Guantazos garantizados, y fanzines a cascoporro, entre otros materiales.
Encuentro fanzineroso de perros delirantes desde la Librería Delirio de Móstoles. Pasen y lean.
La opinión del autor no coincide necesariamente con la de TerceraInformación
 
 https://www.ivoox.com/19482371
 

Julie Doucet: "Los dibujantes fuimos libres mientras no había futuro en el cómic"


Absténganse pacatos y amantes de la corrección política, el orden y la pulcritud. El arte de Julie Doucet (Montreal, 1965) es guarro, perro, bruto y punk. Lo pueblan cucarachas, cretinos, insultos, abusos, pesadillas, pisos deprimentes, los peores antros. Un universo entre la fantasía atroz y la verdad sucia de urbes descorazonadoras que, unido a su inconfundible estilo en el dibujo -esas viñetas atestadas de objetos-, convirtió a esta autora canadiense en una de las más destacadas del underground de los ochenta y los noventa y en una de las responsables del desarrollo de la novela gráfica tal como la conocemos hoy.
Doucet es tímida y su trabajo es, además, profundamente honesto y sensible. Quiere comprarse un coche y viajar. Sólo hace tres años que se sacó el carnet de conducir y hace más de 15 que dejó de dibujar tebeos. Un día recibió un correo de una editorial española que le proponía publicar sus obras completas. No daba crédito. Eran los dueños de Fulgencio Pimentel, también conocido como el sello de cómics más interesante y libre de este país. Sólo a ellos podía ocurrírseles algo así. "Nadie, de ninguna parte, me había sugerido un proyecto de estas características", cuenta a EL MUNDO agradecida y todavía sorprendida, unos días después de que el primer tomo que recoge toda su producción (aquí, del 86 al 93) haya salido a la calle.
Justo un año antes de aquello, Julie tuvo que reencontrarse con parte de sus primeros trabajos por un encargo de una editorial de su país. "Hacía siglos que no los releía. Y, sí... me hicieron reír. ¿Cómo diablos se me podían ocurrir esas ideas tan enrevesadas y estúpidas? Fue como visitar a un viejo amigo y compartir con él antiguas anécdotas pero sin ser capaz de recordarlo todo", evoca. Entre esas historias que ahora recupera Fulgencio Pimentel, muchas inéditas, aparece, por ejemplo, una en la que una chica con la regla busca desesperada un tampón por la ciudad, mientras, como 'La mujer de los 50 pies', se convierte en un gigante que va dejando un reguero de sangre por las calles.
Hoy la autora no se explica de dónde procedían esas ideas disparatadas, muchas de las cuales reunió en su aclamado, descarado e incómodo fanzine 'Dirty Plotte' (dirty es sucio y macarra en inglés; plotte, en el argot francófono canadiense, significa, literalmente, chocho y, como explica la propia Doucet, se utiliza tanto para designar una vagina como a la mujer que la posee). "Todavía me gusta mucho lo que encuentro en estas páginas. Mis favoritos son los primeros trabajos, en los que se observa un carácter más punk, más espontaneidad y diversión. Sobre los más biográficos, lo cierto es que me siento un poco mal, me pregunto cómo me atrevía a contar todas esas cosas íntimas que me sucedían. Sin embargo, hay gente que hoy se sigue sintiendo identificada, especialmente las mujeres, así que, al fin y al cabo, supongo que no está mal que los creara", confiesa.
Después de aquel trabajo iniciático, llegó su segunda gran obra, 'Diario de Nueva York', en la que daba alas a su autobiografía, el día a día de una joven irreverente e insegura a partes iguales, aún por descubrirse, que sobrevive y se enfrenta a las miserias de la gran ciudad. ¿Qué queda de esa persona hoy? "Sigo siendo muy tímida, aunque no tanto como entonces. También me gusto más a mí misma y ahora mantengo los pies en el suelo. Tengo una disposición y una entrega mayor en el trabajo. De joven era una vaga".
En una época en la que en el cómic creado por mujeres estaba todo por hacer, sus primeros lectores fueron hombres. Muchos le escribían para declararle su entusiasmo por sus creaciones: "Supongo que luego les enseñarían mi trabajo a sus novias, ya que más adelante empezaron a escribirme también mujeres. Y quizás algunas empezaron a dibujar después de leerme. Es cierto, un montón de chicas me han confesado que les inspiré a la hora de trabajar y esto es algo de lo que puedo sentirme orgullosa". De Marjane Satrapi a Jessica Abel, son muchas las artistas que reconocen a Doucet como una de sus primeras influencias. "Me hace feliz que así sea. No hay nada tan bonito como cuando una chica, todavía hoy, acude a mí para decirme que empezó en el cómic gracias a mi trabajo".

Para ella, los tebeos funcionaron como una liberación. Era una cría, había abandonado la facultad de Arte y empezó a dibujar sin orden ni concierto, aunque inspirada en autores como Crumb. Las posibilidades de experimentación y la libertad eran, de este modo, infinitas. En varias ocasiones ha reconocido que es así como debe trabajar un dibujante, que no cree que el dibujo sea algo que se pueda enseñar en una institución. En este sentido, el hecho de que todo esté hoy más reglado, de que exista un mercado real ¿no ha mermado la libertad de los días fanzineros? Doucet rehusa recrearse en el pasado:
"Al contrario, el cambio ha sido a mejor. Cuando yo empezaba, una escuela centrada en esta disciplina era impensable. El cómic ha seguido la evolución normal de cualquier nueva forma de arte. Aparecen nuevos editores, se empieza a ganar más dinero, aunque esto último lo pongo en duda. La escena está hoy más abierta a nuevas formas de dibujar y escribir, se ha despojado de prejuicios, ya no necesitas ocho viñetas por página para contar una historia. Cualquier cosa puede ser editada y bien recibida. Yo dejé de dibujar cómics hace 15 años porque necesitaba probar otras cosas. Se me agotó el espacio para experimentar en este soporte, pero todo ha mejorado. En mi caso, tiré la toalla también por lo que rodeaba al mundo de los tebeos, por ese público nerd, especializado, coleccionista y eminentemente masculino que abundaba entonces. Tíos que amaban los cómics en un sentido totalmente tradicional... y yo quería probar otras cosas, nuevas formas de arte que, en aquella época, estaban vetadas en el mundo de la historieta. Gracias a Dios, todo es distinto actualmente", celebra.
El feminismo es otra de las características clave de su trayectoria, aunque ella nunca se consideró una activista. Ni siquiera se relacionaba con mujeres, expone, por el simple hecho de que no encajaba entre ellas: "No era lo bastante femenina ni lo bastante mujer. Para mí era inimaginable que una sola chica pudiera sentirse identificada con mis libros. Tampoco es que hubiera una intención abiertamente feminista en lo que dibujaba y escribía; simplemente, surgió así. Una vez llevé mis 'Dirty Plotte' a una librería feminista por si les interesaba tenerlos y me dijeron que no porque veían demasiada violencia contra las mujeres. "No, yo no encajaba en ese mundo", sostiene la autora, que sí valora la "oportunidad" de movimientos como Femen.
De cualquier manera, Julie parece quitarse importancia en todo. ¿El primer feminismo en el cómic? "Bah". ¿Un estilo único? "¿Eso crees? Pues nunca apliqué una receta, es algo que ocurrió sin más, en serio, siempre he dibujado sin tener ni idea de hacia dónde me dirigía". ¿La impulsión de la historieta underground? "Meh". ¿La novela gráfica? Aquí algo reconoce: "Digamos que formé parte de un grupo de personas que creó algo diferente en un momento en el que no sucedían demasiadas cosas. No había editores alternativos ni futuro en este arte. A cambio, gozamos de una libertad total".
Aunque dejara de dibujar, la autora ha seguido de cerca el mundo en el que empezó (eso sí, sólo lee tebeos de sus amigos). Especialmente en lo que atañe al fanzine, cuyo resurgir festeja: "Una de las primeras cosas a las que me dediqué después de abandonar el cómic fue la serigrafía. El movimiento del fanzine va mucho más allá del cómic, incluye ilustración, grafismo, poesía... no hay nada más satisfactorio y divertido que fabricar tus propios libros de principio a fin. Es adictivo. ¡Hay una escena tan viva hoy! Al menos tanto como lo estuvo sus mejores días pero mejor organizada, con eventos y salones en los que los artistas podemos encontrarnos... es emocionante".
Doucet sigue trabajando con la palabra y la imagen "de forma narrativa o no". En cierto modo, reflexiona, la suya sigue siendo una obra punk, siquiera por la persistencia del Do it Yourself, aunque no en el sentido provocador de su juventud. Lo próximo que publique será una serie de historias cortas contadas como una fotonovela, extrayendo imágenes de esos libros "cutres y baratos" que se producían en los sesenta y setenta y aderezándolos con palabras extraídas de viejas revistas femeninas. "Es como hacer un cómic, con sus palabras dentro de un bocadillo y todo. Lo editaré el año que viene en Drawn & Quarterly [su primera editorial]", avanza Doucet, que a día de hoy no niega un posible regreso a los tebeos: "He empezado a dibujar otra vez, no lo había hecho en años. Estoy reaprendiendo, tratando de escapar de mis viejos hábitos, yendo más allá. Tengo mucho por dibujar pero no tengo ni idea de lo que será. De momento no son cómics, pero quién sabe". Ojalá.

Extraido del Diario El Mundo